Los adolescentes y universitarios no son conscientes de las consecuencias negativas derivadas del consumo de alcohol, ni siquiera de la posibilidad de desarrollar un proceso adictivo. Además, los más jóvenes empiezan cada vez antes el consumo, en mayor cantidad y con bebidas de más graduación, según un estudio liderado por la Universidad de Valencia.
Si los estudiantes de secundaria ingieren cantidades de
alcohol similares a las de los universitarios de su mismo sexo, esto indica que
cuando lleguen a los 20 años, las consecuencias de este consumo serán mucho
mayores que las derivadas del consumo de los universitarios actuales. Esto
tendrá repercusiones negativas “en sus estudios, en el trabajo, en sus
relaciones personales y en su economía”.
“Casi todos los adolescentes que consumen alcohol se han
iniciado hacia los 13 o 14 años con destilados –bebidas de alta graduación– y
en grandes dosis, mientras que los universitarios se iniciaron en su momento
entre los 14 y 15 años, pero con un consumo relativamente bajo y con
fermentados como la cerveza”.
Por otro lado, los adolescentes aluden a aspectos
personales para justificar este consumo, mientras que los universitarios hacen
referencia a cuestiones asociadas al control del ocio.
El motivo principal para el consumo de alcohol para ambos
grupos es la diversión. “Beber es el objeto. La economía solo la nombran los
universitarios. Casi un 70% –frente a un 20% de los adolescentes– alude al
motivo económico para hacer botellón”.
Los autores del estudio alertan de la necesidad de
intervenir en estos grupos para reducir el consumo y hacerlo de forma
diferenciada. En el caso de los más jóvenes, que aluden a cuestiones de mejora
personal a la hora de justificar por qué beben alcohol, se deberían reforzar
campañas enfocadas a aspectos como la autoestima y el manejo de las relaciones
interpersonales. Para los universitarios habría que centrarse más en la
formación de hábitos de ocio.
Realmente este estudio nos plantea la necesidad de
reflexionar sobre este modelo de diversión muy negativo para nuestros
adolescentes.
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