viernes, 21 de diciembre de 2012


 
 Los jóvenes que hacen botellón cada vez se inician antes y con mayores cantidades de alcohol

Los adolescentes y universitarios no son conscientes de las consecuencias negativas derivadas del consumo de alcohol, ni siquiera de la posibilidad de desarrollar un proceso adictivo. Además, los más jóvenes empiezan cada vez antes el consumo, en mayor cantidad y con bebidas de más graduación, según un estudio liderado por la Universidad de Valencia.

Si los estudiantes de secundaria ingieren cantidades de alcohol similares a las de los universitarios de su mismo sexo, esto indica que cuando lleguen a los 20 años, las consecuencias de este consumo serán mucho mayores que las derivadas del consumo de los universitarios actuales. Esto tendrá repercusiones negativas “en sus estudios, en el trabajo, en sus relaciones personales y en su economía”.

“Casi todos los adolescentes que consumen alcohol se han iniciado hacia los 13 o 14 años con destilados –bebidas de alta graduación– y en grandes dosis, mientras que los universitarios se iniciaron en su momento entre los 14 y 15 años, pero con un consumo relativamente bajo y con fermentados como la cerveza”.

Por otro lado, los adolescentes aluden a aspectos personales para justificar este consumo, mientras que los universitarios hacen referencia a cuestiones asociadas al control del ocio.

El motivo principal para el consumo de alcohol para ambos grupos es la diversión. “Beber es el objeto. La economía solo la nombran los universitarios. Casi un 70% –frente a un 20% de los adolescentes– alude al motivo económico para hacer botellón”.

Los autores del estudio alertan de la necesidad de intervenir en estos grupos para reducir el consumo y hacerlo de forma diferenciada. En el caso de los más jóvenes, que aluden a cuestiones de mejora personal a la hora de justificar por qué beben alcohol, se deberían reforzar campañas enfocadas a aspectos como la autoestima y el manejo de las relaciones interpersonales. Para los universitarios habría que centrarse más en la formación de hábitos de ocio.

Realmente este estudio nos plantea la necesidad de reflexionar sobre este modelo de diversión muy negativo para nuestros adolescentes.

 

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